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¿Por qué las personas ya no quieren ayudar?

  • Psic. Karen Rivera
  • 10 sept 2018
  • 2 Min. de lectura



Hace unos días en la ciudad de México, una joven llamada Amelia fue asaltada y violada en plena vía pública. A pesar de que varias personas pasaron a su lado y presenciaron lo que estaba ocurriendo, nadie se detuvo para auxiliarla o llamar a la policía dejando que el delito sucediera. La pregunta es ¿por qué nadie se detuvo a pesar de estar presenciando una agresión?


La respuesta la encontramos en el llamado “Síndrome de Genovese”. Este síndrome consiste en que mientras más número de personas presencian un acto en donde el otro necesite apoyo, se vuelve muy poco probable que alguna de ellas preste ayuda o denuncie ya que surge el pensamiento “el otro lo puede hacer” o de que “alguien más ya lo hizo”.


Otro nombre que recibe es “Síndrome del espectador” y lo vemos presente en muchas situaciones de carácter social, siendo mayormente estudiado en casos de bullying, donde los niños son espectadores de la agresión, pero no hacen nada por impedirlo. De hecho, según algunos estudios y contrario a lo que muchos pensamos, mientras menos gente presencie el acto, es más probable que la víctima reciba ayuda, ya que las personas en ese momento no están siendo influenciadas por ningún grupo social y sienten que la responsabilidad de ayudar recae en ellos.


En situaciones de emergencia, como el caso de Amelia, encontramos que este síndrome es un grave problema de carácter social. La gente al suponer o pensar que alguien más lo puede hacer o ya lo está haciendo, deja pasar de largo la oportunidad de ayudar, lo que en consecuencia nos puede volver personas indiferentes ante las necesidades de los demás, ya que delegamos en alguien más la responsabilidad de brindar ese apoyo.




¿Cómo funciona este síndrome a nivel cerebral? De acuerdo a la doctora Marcela Alzate, nuestro cerebro razona sobre la premisa de que “alguien más ayudará”, dándonos tranquilidad cuando observamos el gran número de personas que pueden brindar ese apoyo a la víctima. Otra explicación del porqué la gente no ayuda, es que teme ser juzgada (¿qué van a pensar los demás de mí?) o involucrada en la situación que muchas veces es de carácter violento, por lo que prefiere quedarse en su zona de seguridad.


Ahora, ¿qué podemos hacer para evitar caer en este síndrome? Lo mejor que podemos hacer es socorrer a la persona que se encuentra en peligro, de una forma asertiva. Con esto no me refiero a brindar primeros auxilios si no sabemos hacerlo; la ayuda va desde llamar a la policía si se requiere o alertar e incentivar a la demás gente de alrededor para que ayuden, de igual forma hay que buscar ser empáticos con la víctima y estar conscientes de que nosotros quisiéramos que nos brindaran ese apoyo en caso de pasar por algún caso similar.

Quisiera finalizar invitándolos a romper esa falta de empatía, y vencer el miedo de ser juzgado, recordemos que en nuestras manos está el brindar apoyo al otro cuando lo necesita.


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