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Cuidado del cuerpo, ¿cuándo hablar del tema? Parte 1.

  • Liliana Polo Ramírez
  • 24 jun 2019
  • 2 Min. de lectura

Cuando nos cuestionamos a nosotros mismos sobre cuando comenzar a hablar del pudor

a nuestros hijos surgen una serie de temas y tabúes en nuestra mente y las opiniones se dividen; por un lado están aquellos que piensan que es robarle su inocencia a nuestros hijos y por otro lado están los que creen que nunca es demasiado pronto para proteger a nuestros hijos de los retos que la sociedad les adelanta cada vez más.

De entrada considero que la forma de abordar el tema y la actitud con la que lo hagamos son clave para que la lección sea vista como otras lecciones y no como “la charla”; hay una serie de hábitos que hacen que el cuidado del cuerpo sea una forma de vida más que una enseñanza que se inserta de forma artificial en una etapa de la vida.

La primera iniciativa en la que debemos trabajar con nuestros hijos es entender que su cuerpo es sólo suyo y por ello, es necesario avisar y pedir autorización cuando realizamos cualquier actividad que implique su cuerpo; desde la higiene hasta cosas no tan lindas como las vacunas. Por ello menciono que hay que avisar, por ejemplo les vamos a avisar que les pondrán una inyección en determinada parte del cuerpo, qué es lo que van a sentir y que es por su bien.

Por otro lado es importante trabajar en la confianza con nuestros hijos, la confianza no se da por consanguinidad, se trabaja y así como se gana, se pierde; cuando les mostramos interés a nuestros hijos en las cosas que nos cuentan triviales trabajamos la confianza, cuando validamos sus sentimientos y les hacemos saber que estamos ahí para ellos trabajamos la confianza, cuando agradecemos que nos hablen con la verdad y nos esforzamos por formarles sin herir sus sentimientos estámos trabajando en la confianza; y ¿por qué la confianza tiene relación con el cuidado del cuerpo? pues porque si nuestros hijos nos tienen confianza se sentirán cómodos para decirnos cuando no les gusta como les mira una persona o como les abraza otra y con ello tendremos la oportunidad de detectar riesgos y peligros.


Así que la primera tarea que tenemos en el cuidado del cuerpo de nuestros hijos es adquirir hábitos que en un futuro les protegerán y levantarán las alarmas si alguien los trata de una forma diferente a la que nosotros los tratamos y por otro lado tendrán la seguridad de que digan lo que digan siempre tendrán el apoyo de sus padres.

En la siguiente parte del artículo continuaremos con algunos hábitos y estrategias particulares para seguir abordando este tema.

 
 
 

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